En las duchas con Adriana

22.12.2022

La sesión de hoy ha sido especialmente dura dije mientras me dirigía a las duchas. No veo el momento de relajarme con una buena ducha de agua caliente y de descansar en casa. 

Elegí la cabina que estaba más alejada de todas, cerré la puerta y comencé a quitarme la ropa deportiva que llevaba puesta. Ambos, la ropa y yo, estábamos empapados en sudor. Lo cual era algo bueno, pues significaba que lo había dado todo en el entrenamiento y poco a poco iría viendo los resultados.

Tras desnudarme y coger una toalla, me fui rumbo a una de las duchas que había más allá de las cabinas. Colgué la toalla por fuera, cerré la cortina y abrí la llave para que el agua empezara a mojar mi cuerpo. Unos veinte minutos pasaron, entre que me limpiaba y me relajaba, y cuando iba a coger mi toalla para empezar a secar mi cuerpo, pude ver como alguien se había colocado en la cabina anterior a la mía y había salido para mirarse en el espejo. 

Relato completo para lectura aquí >>> En las duchas con Adriana  

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