Falsa provocación

05.10.2022

Una blusa escotada, dejaba entrever unos pechos turgentes y deseables para cualquier hijo de vecino. Lo demás del cuerpo de mi tía también era digno de admirar, pero el primer vistazo, al verla, se dirigió a ese relieve fantástico que tan grato recuerdo guardaba. 

Me trasladaba a la edad de trece años. Edad en la que tuve ocasión de poder admirarlos, produciéndome tal hormigueo en mis genitales que mi mano se aferró a mi pene, provocando la que fue mi primera masturbación.

Si yo tenía trece años, mi tía rondaba los veintiuno y qué veintiuno años. Aunque yo era un crió no por eso era ciego y sabía apreciar lo que era una mujer de campeonato. 

Este hecho sucedió en casa de mis abuelos. Era verano, y como casi todos los veranos, íbamos a pasar unos días con ellos y a la vez con mi tía, la hermana pequeña de mi madre, que también vivía allí. 

Relato completo aquí >>> Falsa provocación

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar