Muhammad Alí
Los Ángeles, 19 de enero de 1981. Muhammad Alí detuvo su auto al toparse con un tumulto.
Preguntó qué pasaba y supo que un joven veterano de Vietnam amenazaba con saltar de un noveno piso.
De inmediato se ofreció como voluntario para tratar de disuadirlo.
"Ya lo intentaron un psicólogo y un cura, así que no perdemos nada", le contestó el policía a cargo.
Entonces subió hasta el departamento contiguo al del inminente suicida.
Él le dijo que su vida no valía nada. "Si volviste de esa guerra de mierda no la desperdicies ahora.
Eres mi hermano y yo sí te quiero", le contestó el boxeador.
Tras algunos minutos, logró que desistiera de quitarse la vida. El propio Alí lo llevó a un hospital y lo visitó varias veces durante su recuperación.