Tuareg: los hombres del velo azul
Los tuareg han sido siempre, en Europa, un producto de la imaginación popular: jinetes sobre elegantes camellos, viajeros en una tierra infinita, los últimos pueblos libres sobre nuestro planeta. Su conocimiento está teñido de ideas románticas, pero la realidad de estos grupos pastores muestra una difícil adaptación a un medio áspero, frecuentes períodos de hambre y una libertad restringida a las necesidades de pastos para sus rebaños, de los que los tuareg son absolutamente dependientes.
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El término Tuareg o Targi en singular, se aplica a numerosos grupos que comparten un idioma común y una historia común. Etnicamente, hay Tuareg de ascendencia Bereber y de diversos grupos del Africa negra. Las caravanas Tuareg de camellos jugaron un importante papel en el comercio trans-sahariano hasta mediados del siglo 20, en que los trenes y camiones tomaron el relevo. La historia Tuareg empieza en el norte de Africa donde es anotada su presencia por Heródoto. A lo largo de los últimos 2.000 años muchos grupos han ido desplazándose hacia el sur movidos por la presión de las gentes del norte y por la esperanza de encontrar una tierra más próspera en el sur.
La colonización, primero, y la descolonización más tarde, (con el establecimiento de fronteras entre Estados), ha supuesto el fin de las confederaciones Tuareg y las rupturas familiares en Argelia, Libia, Malí, Níger y Burkina Faso. Además de esto, la introducción de nuevos modos de transporte (camiones) y la sequía ha acabado con su economía nómada.
Como la mayoría de los musulmanes del norte de Africa, los Tuareg creen en la presencia continua de varios espíritus (djinns). La adivinación es realizada a través de los medios del Corán. La mayoría de los hombres usan amuletos para su proteccion que contienen versos del Corán. Los hombres empiezan a llevar los velos teñidos de índigo, tidjelmousts, a la edad de 25 años qué oculta su cara entera salvo sus ojos.
Este velo nunca se lo quitan, incluso delante de los miembros familiares. En cambio, las mujeres no llevan el velo propiamente islámico sino mas bien una tela que cae sobre la cabeza con el fin de protegerse del viento y del sol. Los Tuareg pertenecen a la corriente islámica Maliki como resultado de las enseñanzas del gran profeta, El Maghili, que fue quien difundió la religión entre ellos a principios del siglo 16.